
Las calabazas están de vuelta!!! Y no es que estemos ante uno de los discos del año, sino que estamos ante “eldisco”. La esencia de los primeros Helloween, con notas de Gamma Ray, glam, Hard y hasta notas de tecno y pop. El próximo 29 de agosto llega a todo el mundo “Giants & Mosters”, lo nuevo de los alemanes Helloween que cumplen sobre los escenarios nada más y nada menos que 40 años. Cuatro décadas en las que han sufrido varios cambios en sus filas hasta la actual que está ya más que consolidada con la peculiaridad de tener siete miembros con dos cantantes. Michael Kiske y Andi Deris a la voz, Kai Hansen en guitarra y voz, Michael Weikath y Sascha Gerstner a las guitarras, Markus Grosskopf al bajo y Dani Löble en la batería, traen entre sus manos uno de los álbumes más completos de su carrera. No iguala ni mucho menos a los “Keepers” pero desde luego si es un trabajo que toca todos los palos y llegará a mucha gente. Bajo una portada creada por Eliran Kantor, digna de una pintura del maestro Goya y lejos de lo que nos tienen acostumbrados, los alemanes nos traen diez temas que son diez joyas de la mano de los productores Denis Ward y Charlie Bauerfeind. Con dos singles ya en el mercado “Universe (Gravity for Hearts)” y “This is Tokio” la espera se está haciendo larga.
El primer trallazo que nos encontramos es “Giants on the run”. Ritmos veloces con cambios de registros que te desconciertan desde el primer riff. Andi y Kai son los encargados de poner voz. Potentes coros operísticos adornan las guitarras potentes que recorren nota a nota tus oídos. Brutal final a coro todos los instrumentos confiriéndole una calidad marca superior.
Mas power metal del bueno con “Savior of the World” en las que las baquetas de Löble vuelan a un ritmo infinito. No sé si en algún momento llegan a tocar la batería o vuelan sobre ella cual bailarina en el Lago de los Cisnes. Un tema digo de la etapa “Keeper” donde Weikath se luce magistral con sus dedos y Kiske nos vuelve a demostrar que aunque pase el tiempo su voz sigue intacta. Uno de los pocos cantantes al que los años solo le afecta al pelo.
De lo más completo de este trabajo y a la que le auguro muchos éxitos y coros en los conciertos es “A Little is a Little too much”. Una mezcla de DIO, power, pop, calabazas en estado puro hacen que este tema se te meta en la cabeza desde el principio. Kiske y Deris hacen el dúo perfecto, sin quedar uno sobre el otro, tratando una historia que a cualquiera en la adolescencia le puede haber pasado. Raro es que los teclados me llamen la atención pero aquí son los que sirven de enlace entre estrofa y estrofa, uniendo todo como si de hilo de oro se tratara. El solo se te graba a fuego y si cierras los ojos te hace parecer que vas a caer por el agujero en el que cayó Alicia y llegó al País de las Maravillas.

Con sello de Kai Hansen en la composición llega “We Can Be Gods”. Y se nota la marca del guitarrista porque la batalla de las seis cuerdas se hace presente siempre a ritmo veloz, haciéndose omnipresente sobre las voces, batería y bajo. Un tema que suena a himno, que une los corazones en un latido que desde luego les confiere ese halo de dioses, de los que ocupan el trono desde milenios.
Gran tema y emocionante este “Into the Sun”. Otro gran dúo entre Kiske y Deris en el que tocan el tema de la vida más allá de la muerte y la reencarnación con maestría. Una canción que bien podría ser interpretada por una orquesta sinfónica. Emocionante de principio a fin donde el susurro de la eternidad hace que las almas que descansan en paz sientan un amor que nunca muere. La muerte no es el final, aquí nos lo dejan claro, sino un puente hacia un reino de luz donde el espíritu encuentra la eternidad en el sol.
A que banda, grande o pequeña no le gustaría triunfar en Japón? Desde los templos ancestrales hasta las calles de Tokio, cada rincón vibra con energía, innovación y un espíritu indomable. Como una estrella del rock, este país desafía las reglas y rompe esquemas y es eso lo que atrae a cualquier grupo. Con “This is Tokio” hacen un homenaje al imperio del sol naciente que tantos éxitos les ha dado. Pegadiza desde el inicio al final, tiene ese toque casi glam que engancha de principio a fin. Es como una vuelta a los 80, esos surcos del vinilo sonando al principio, calles llenas de neón y colores ácidos que te revive la mente, guitarras envolventes y coros demenciales.
El siguiente tema, “Universe (Gravity for Hearts)” es un gran duración compuesto por Sascha Gerstner, donde los ritmos freneticos del power metal más clásico se intercambian con notas sorprendentes y te llevan por un viaje galáctico donde todo se interconecta. Arcos melódicos y cambios de registros nos traen los alemanes que no dejaran indiferente a nadie.
“Hand of God” es quizá uno de los temas “extraños” que siempre se agradecen. Un ritmo más pausado sin dejar la potencia atrás. Me parece más un experimento musical que les ha quedado genial. Mención aparte a esas guitarras que se baten en duelo, marcando nota a nota y dejando el sello de Hansen, Weikath y Gerstner.
“Under the Moonlight” con impronta de Weikath también, que le destaca como un gran compositor nos sumerge en un tema que se hace agradable al oído desde la primera nota. Voces épicas que le confieren el tono de himno, riffs acompasados que culminan en una vorágine de coros, teclados y guitarras, sellando el tema con esa sección rítmica que tantos buenos momentos da. Otro tema para lucimiento de Kiske.
Como colofón final llega “Majestic” otro tema de gran duración (mas de ocho minutos que nos regala el oído). Aquí nos traen lo mejor de Hard rock, mezclado con teclados que le dan dulzura a la vez que esas guitarras endemoniadas les quiere hacer sombra. Sin lugar a dudas es majestuosa, dinámica, no deja de sorprender por sus cambios constantes y te lleva a la locura con ese intercambio de guitarras de Hansen, Weikath y Gerstner. Entre tanto desenfreno de cuerdas de acero, se toman un descanso para que la batería de Löble brille una vez más para recuperar el ritmo. Una montaña rusa para el cerebro, que quiere procesar mas y mas.

Si es que de los estudios Wisseloord de Hilversum no puede salir nada malo y sin duda este es uno de los mejores trabajos que los siete alemanes nos pueden regalar. Esperemos que en Noviembre a su paso por España pongan sobre el escenario toda su artillería pesada e incluyan gran parte de estos temas porque merecen ser adorados, venerados y convertidos en clásicos.
Pues espero que con estas palabras aun se haya creado mas expectativas sobre lo nuevo de Kai y compañia. Los mas puristas lo odiarán, los fans nuevos lo adorarán, pero lo que es seguro es que esto es una bomba que no dejará a nadie indiferente.
Carmen Torres