OKULTOS (HUELVA ROCK 14/06/2025)

Dentro del concierto Huelva Rock el pasado 16 de junio en Huelva, el grupo OKULTOS ( Alejandro Darío a la voz, Manuel de la Villa y Juanma Vázquez a la guitarra, Kay a la batería y Jesús Escobar en el bajo) irrumpió como un huracán en el recinto. Próximamente comentaremos los demás grupos que allí estuvieron congregados.
El grupo abrió con su tema “Victoria”, que narra la experiencia de un piloto de caza aliado de la IIGM, en pleno combate con un caza alemán. Un temazo de apertura muy a lo “Aces High” de “Iron Maiden”. Que lindas las melodías acompasadas de ambas guitarras ya casi al final del tema, muy a lo Dama de Hierro. Y es que, como veremos, esta banda tiene mucha influencia del gigante inglés.
Su segundo tema fue “Auschwitz”, cuya letra repasa "la magnitud de la tragedia" en aquel campo de concentración a mediados del siglo pasado. Una bonita composición. Podríamos pensar que “Victoria” y “Auschwitz” operan en Okultos a modo de “Aces High” y “Two Minutes To Midnight” de Iron Maiden.

Creo recordar que luego fue “Héroe de Qadesh” que narra la famosa batalla entre Ramsés II y Muwatali, el rey hitita. Dos imperios enfrentados, una batalla en tablas, ninguno fue vencedor claro, pero tampoco derrotado. La historia contada por Ramsés nos trae el triunfo de Amón. Un tema muy a lo “Powerslave”. Temazo!! Coros, punteos de Juanma, contundencia de Kai en la batería, enorme. Y Alejandro de nuevo, con su potente voz y ese grito final de "héroeeee... deee... kaaaadeeeeezzzzzz....." Épico. Para entonces, el público ya se había dado cuenta que frente a ellos estaba una pedazo de banda.
No recuerdo en qué orden, pero luego fueron interpretadas “Bruja”, “Hambre Inmortal” y “Rey Desdichado”.
“Bruja” es ese medio tiempo que nos trae la bonita voz de Alejandro. Qué letra! "El Santo Oficio ordena prender a la curandera.." cuya "virtud no es otra que ayudar". Luego está el cambio de ritmo y con él se desarrolla la tragedia de la bruja.
“Hambre Inmortal”, cuya "dulce música" rápidamente nos trae un endiablado riff de guitarra, preludio de la llegada del vampiro y su "sed de sangre". "Síiii...ando loco... loco por ti... Y por tu sangre" (genial Jesús con esos coros crudos, furiosos). Qué buena la batería y el bajo llevando la guía. Alejandro no paraba de hacer cabriolas por el escenario animando al público. Melodías de entrada al punteo acerado. Guau!
“Rey desdichado” nos trae la historia de Boabdil, el último rey nazarí. La canción empieza con unas trompetas, no sabemos si del ejército de los Reyes Católicos o de los musulmanes, pero nos introduce en la magia de esa época. Es una melodía melancólica por la pérdida de una ciudad, su Alhambra y su esplendor, ocaso de un gran imperio. La voz de Alejandro destilaba ese dolor por la pérdida y el estigma del exilio. Como siempre, un gran trabajo musical detrás de esta canción.
Y quedan los tres súper temazos de la banda, con permiso de “Ramsés”.




“Lucifer”, un temazo nuevo, con esa bella introducción a lo "The reincarnation of Benjamin Breef" de Maiden, seguida de uno de los mejores riff de la historia del Metal, muy a los Stryper. Te mete energía pura, duracel a tope. Su letra nos habla del ángel caído, en el que Dios "forjó la perfección", porque fue su "alado protector celestial", al que "confió su voluntad". Así Okultos nos explica la rebelión en los cielos. Qué poderoso estribillo, con ese "ohh oooohh..." coreable. Cuánta maravilla. Y llegamos así a una especie de interludio corto que da paso a un poderoso punteo de Juanma (sobresaliente) y a unas rítmicas y dobletes de guitarras acojonantes, fabulosos. Todo en honor de Maiden, hay que decirlo, aunque con una originalidad propia que los hace enormes.
El final apoteósico. Hasta ese momento, el mejor tema del concierto. Sí, Alejandro, cantaste con energía de sobra. Y esos cuernos estuvieron muy bien traídos, un toque luciferino. Vamos con "Rumbo a Hiroshima", que funciona a estas alturas entre sus fans como un “Fear of the Dark”. Su inicio con teclados permite la fantástica intro a guitarras dobladas y la entrada poderosa de la batería que abre a un hipnótico ritmo machacador. Y comienza Alejandro con su: "B29 preparado en la pista...", a partir de aquí es una magistral clase de Historia y sabia crítica social del uso de la bomba atómica sobre la población de Hiroshima. No hay que dejar pasar en la letra ese momento en el que dice: "queda poco de conflicto en Japón", dejando muy a las claras que EEUU sabía que la bomba era innecesaria, pero muy útil propagandísticamente. Este nivel de detalle en la letra de una canción, señores, no es normal, y solo está disponible para los genios. Así, "de la mano de Satán" (Jesús a lo suyo en los coros), " el sol caerá del cielo". Qué magnifico interludio de su pegadizo estribillo: "Rumbo a Hiroshimaaaaa.... vuela Enola Gaaaaayy...". No hay forma de evitar querer cantarla a coro. Qué emocional es esta canción: "de la mano de Satán, las puertas del infierno.. Dios bendiga a América". Hay queda la crítica.
El último tema fue "Piel negra", también otra crítica a esos esclavistas que maltrataron, saquearon y robaron a los pueblos nativos de África central. Pero esta vez, es la voz del negro capturado la que habla rabiosa, sedienta de sangre y venganza. Tema directo, crudo, potente, cerrando el concierto casi como el tema "Iron Maiden", pero sin el toque punk, obvio. Así, dieron comienzo esos sonidos de las olas y las crujías descarnadas del barco esclavista, la esperanza perdida, la tormenta de fondo, solo el odio a flor de piel. Así es el primer riff de la canción, rabioso, rápido, furioso, con sabor a salitre marina; la batería redoblando, el bajo machacando, Alejandro poderoso a la voz: "Arrancados de la tierra, capturados sin más, maniatados como perros...", increíble. Y qué estribillo con "esta pieeeellll neeegraaaa, de tíiiiii, se vengaráaaa..." es que se queda uno sin adjetivos para tan gran, grandísima banda onubense.
Desde luego, un concierto de lujo, el primero en su propio suelo, y esperamos que le sigan muchos más porque bandas y músicos como ellos hacen falta en esta piel de toro.
Cronica: ALFONSO QUINTERO
Fotos: PATRICIA CAMPOS


