THE BLACK CROWES STONE&MUSIC FESTIVAL (MERIDA) (9/06/2024)
Unas horas antes del concierto The Black Crowes se sumaba a la 'Via Musicorum’, el proyecto del Ayuntamiento de Mérida y del STONE & MUSIC Festival que ha convertido la vía de acceso principal al Teatro Romano en un nuevo atractivo turístico para la ciudad.
Los hermanos Robinson descubrieron la placa de granito negro que representa las teselas de un mosaico romano con forma de disco de vinilo junto al director del STONE & MUSIC Festival, Carlos Lobo; y el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna.
La de The Black Crowes es la tercera placa que se descubre en esta edición en el ‘Camino de la Música’ tras las de Isabel Pantoja y Amaral. En total son ya 17 las firmas presentes en la ‘Via Musicorum’, donde junto a ellos hay otros clásicos del rock internacional como Europe y Deep Purple. Y también estrellas de la música nacional e internacional como Raphael, Andrea Bocelli, José Luis Perales, Robe, Miguel Ríos, Joan Manuel Serrat, Deep Purple, Ludovico Einaudi, Manolo García, Niña Pastori, Andrés Calamaro, Europe, David Bisbal, y El Barrio.
Llegaba The Black Crowes a Mérida y ya antes de que empezase a sonar la música se notaba en el ambiente que era un día especial. Porque el del STONE & MUSIC Festival era el único concierto en España de la banda americana en esta gira; porque cerraban en el teatro romano su tour europeo; y porque presentaban nuevo disco tras quince años sin lanzar nuevas creaciones. “Estoy muy emocionado por tocar en un sitio como este”, explicaba el vocalista de la banda, Chris Robinson, ataviado con un espectacular traje rojo.
Era un día especial y la banda norteamericana no defraudó a unos espectadores totalmente entregados que disfrutaron tanto de su décimo disco de estudio, ‘Happiness Bastards’, como de esos éxitos que lanzaron al estrellato allá por 1990 a la banda liderada por los hermanos Robinson.
Una vez que han dejado en el pasado las desavenencias que provocaron su última separación entre 2015 y 2019, el Teatro Romano de Mérida era el escenario perfecto para presentar un trabajo que es -según explican ellos mismos- “rhythm and blues en su máxima expresión: descarnado, ruidoso y directo a la cara”. Una vuelta a sus raíces y a ese sonido que les hizo imprescindibles en el escenario musical de los años 90. Y, por supuesto, los bailes imposibles de Chris Robinson.
Eran las diez y cuarto de la noche cuando comenzaron a sonar los acordes de ‘Bedside Manners’ ante un público entregado. Y después ‘Rats and clowns’, arrancando así con dos temas de ese ‘Happiness Bastards’ que tan buen sabor de boca ha dejado. Después, uno de los momentos más esperados, con ‘Twice as Hard’ y ese riff tan reconocible para iniciar un viaje a los años 90 cargado más de energía que de nostalgia.
Tampoco faltaron otros temas de ‘Shake Your Money Maker’, considerado uno de los mejores discos debut de la historia del rock, aquel que les lanzó a la fama hace 34 años. Los clásicos ‘Hard to Handle’ y ‘She talks to angels’ hicieron las delicias de unos espectadores que no dejaron de animar en ningún momento.
Y también hubo tiempo para guiños a otros grandes del rock, con ‘White Light / White heat’, un clásico de los años sesenta de los The Velvet Underground de Lou Reed y John Cale. Cerca del final del concierto volvieron al origen con el animado ‘Jealous again’ y cerraron por todo lo alto con ‘God’s got it’.
Una hora y media de un sonido muy particular. Un concierto, en fin, de esos que no se olvidan.
CRONICA Y FOTOS: STONE&MUSIC FESTIVAL