RIVAL SONS "DARKFIGHTER" (2023)

   Cuatro años nos han tenido los de California esperando desde que en 2019 lanzaran "Feral Roots". Y como prometieron el 2023 viene con  dos trabajos bajo el brazo "Darkfighter" y “Lightbringer”, que vienen a ser como el ying y el yang, la oscuridad y la luz, dos polos opuestos musicalmente del que de momento podemos disfrutar de ocho temas. La banda formada por el cantante Jay Buchanan, el guitarrista Scott Holiday, el bajista Dave Beste y el baterista Michael Miley llevan haciendo ruido desde 2009, con un sonido único que bebe de las mejores fuentes del rock y el blues.

  Lo primero que voy a decir y casi sentenciar es que este disco es tremendo, rozando lo divino. Como así lo hacen ver con  la primera "Mirrors" que nos la introducen con unos sintetizadores como  si en una catedral estuviéramos entrando para romper la paz con unas guitarras poderosas, distorsionadas que mezclan con tranquilas acústicas recordándonos la era más gloriosa de Zeppellin. Esa voz rasgada de Buchanan impera en todo el tema, enganchándonos en una espiral que desemboca en un original solo a cargo de Holiday.

  “Nobody Wants To Die” tiene un ritmo frenético, hay que aplaudir  a Michael Miley en la batería, quien golpea duro, preciso, efectivo y machacante haciendo que quieras subir a tope los altavoces y llegar la éxtasis con sus baquetas. La escuela de Keith Moon ha dado sus frutos. Un tema que marca una continuación con su anterior "Feral Roots" que en directo debería ser un arma de destrucción masiva, por lo menos.

 "Bird in the hand" tiene esa magia de llevarnos a las grabaciones analógicas, en cinta, cuando las bandas tenían que apurar hasta el ultimo centímetro grabado. Aunque la producción es exquisita, tiene ese sonido de antaño, antes de que apareciera todo este mundo digital y perfecto. Una vez más , la voz de Jay es majestuosa, mas bluesera si cabe en esta pegadiza canción.

   "Bright Light" viene a tranquilizarnos un poco, con guitarras repetitivas e hipnóticas que no le resta belleza para nada a esta composición, que se proclama como una de las mejores del plástico. Un solo de guitarra que nos transporta una vez más a esos tiempos donde la psicodelia y el rock iban de la mano.

  "Rapture" es un medio tiempo que sirve de punto tranquilo entre tanto rock and roll, donde Buchanan confiesa en haberse convertido en el hombre que tenía que ser, de forma introspectiva. Aquí manda la sección rítmica de Miley y Beste que le ponen el punto que todo medio tiempo tiene que tener.

 "Guillotine" es una de las canciones más largas, casi seis minutos, donde hay tiempo para todo: riffs pesados y difusos, quitaras que se agarran a tu mente y corta tu pensamiento como una guillotina musical. Aunque quizá tenga un poco de menos relevancia, es sin duda un tema que complementa el  álbum.

  Otra composición larga y enigmática es "Horses Breath" donde las baquetas de Miley dan la orden de salida a esta larga maravilla, que rinde homenaje a los héroes que se fueron demasiado pronto en un país donde saben lo que es perder a hombres en el campo de batalla. La guitarra de Holiday se entremete casi de puntillas entre la bateria y la voz de Jay, saliendo tal como entró.

 

 Y cierra esta joya "Darkside", un tema muy emocional donde casi a capella nos susurra Jay al oído para arrancar con potentes guitarras que rompen el silencio del lado oscuro. Es dinámica en cuanto al cambio de ritmo, de casi balada a potente rock. con un Buchanan que da todo en la voz. Simplemente preciosa.

  

   Y así, con estas ocho canciones nos dejan la miel en los labios para el siguiente “Lightbringer”, que esperemos no tarde mucho en salir, porque este trabajo nos sabe a poco.

Carmen Torres