DELALMA "DELALMA" (2023)

    5 años y 13 canciones han hecho falta para fraguar uno de los trabajos más interesantes del rock español. El sueño de Manuel Seoane se hace realidad en este plástico acompañado de Manuel Ramil a los teclados, Jesús Cámara al bajo, Dave Lande a las baquetas y el retorno, tan esperado después de diez años de Ramón Lage. Tras su paso por Mago de Oz y una vez dejada la banda atrás, Seoane nos regala uno de los más bellos discos del rock nacional. Todas las composiciones se enlazan unas con otras hasta darle robustez y sentido a cada nota. El "alter ego" del guitarrista, aquí interpretado por Lázaro, nos adentra en un mundo de locura y contradicción que magistralmente no canta Lage, sino que recita como un juglar medieval en tiempos actuales. Una cuidada producción de Manuel Ramil que  están presentado por toda España y que ya tiene tres video singles que son puro arte.

  Nos adentra a esta bendita locura "Acto de fe" con unos inquietantes teclados de Ramil que dan paso a esos riffs que ya todos conocemos de Manuel. Esta intro agobiante es lo que se siente cuando la mente juega malas pasadas. Crean un ambiente lúgubre donde las almas atormentadas pueden ser libres, avisando que el viaje de no retorno sólo ha comenzado. Elegancia pura del maestro Seoane que maneja a su antojo las seis cuerdas en un juego coral de teclados y batería. La voz de Ramón Lage ha madurado en estos diez años de silencio para regalarnos tonos graves y desgarrados.

   Otra vez los teclados, vanguardistas en este caso, abren "Renegar de ti" que enriquece el tema y donde las cuatro cuerdas de Cámara marcan el ritmo de una caída a los infernos de este hombre atormentado. Bella forma de tratar las enfermedades mentales, azote de la sociedad que nos ha tocado vivir.

 

  "Mañana vuelve a oscurecer" es un tema de hard rock clásico que nos devuelve a la realidad a golpe de riffs potentes y esa voz rasgada, casi ahogada por el dolor de un encierro atormentado, poniéndonos en la realidad de una locura que vuelve día tras día. Potente los bombos y baquetas de Dave Lande que se endemonian al cruzarse con el solo de Seoane.

  Baja un poco el ritmo, pero no la intensidad con "Ritual". Un bello medio tiempo con riffs acompasados que acompañan la poesía  que sale de las cuerdas vocales de Ramón. Guitarras oscuras a mitad del tema nos hacen darnos cuenta que estos chicos no hilan sin puntada, sino que unen estrofa a estrofa  en cada canción, lo que da por resultado una coherencia poco vista en otras bandas.

 La resignación viene de la mano de "Y aun siento estar allí". Aunque parezca un tema suave, sigue siendo desgarrador, con una evolución que va creciendo de forma progresiva, dosificando guitarras y voz, donde los coros juegan un papel importante, siendo de los  mas pegadizos de todo el trabajo. El sello del ex guitarrista de tantas bandas que nos hicieron disfrutar está presente por todos lados, sin dejar de lado el trabajo vocal que hace aquí Lage.

  

 "Pido a Dios" es el intermedio de este plástico, instrumental de minuto y medio que no por ser corta deja de ser interesante. Los lamentos de Lázaro se entremezclan con violines, teclados y desesperación por encontrar la luz en medio de un camino oscuro que da paso a "La Ultima noche" que con guitarras acústicas nos llevan un poco a la esperanza. Preciosa balada, aunque no de amor, que guía con ritmo Lande, llevando a la banda hasta el corazón de quien escucha esta maravilla. Una composición que busca entrelazar la locura con las más bellas notas consiguiendo un ambiente de desamor y esperanza a la vez que engancha desde el principio al fin.

 

   La lucha entre el bien y el mal se hace patente en este corte, "Luz ni Tiempo", de nada menos que diez minutos de duración, que aun excediendo el tiempo normal de una composición no se hace para nada larga. Recrean a la perfección, entre guitarras y sección rítmica, la locura que es tener en tu mente voces día y noche, con un bello estribillo que arroja luz a esos murmullos malignos que quieren atrapar a Lázaro, preludio de la parte instrumental que llevan al éxtasis a quien la escucha, con esos dedos deslizándose por el mástil. Creo que desde "Coma" de Guns´n´Roses no me sentía tan atrapada dentro de una canción. Puedes sentir el agobio, la esperanza, le indecisión...todo entre notas que  te envuelven desde principio a fin con apoteosis orquestal.

    Con "Y ahora qué?" continua la poesía pura que envuelve este trabajo de principio a fin. Una letra cuidad, la voz de Lage que destaca como nunca y el ritmo lento que imprime el señor Lande y Cámara, le confiere un toque casi de final de película, donde Seoane y Ramil casi a duelo terminan este corte, emocionando y deleitando los oídos.

 

    Recobra dureza la banda con esta excepcional "El Mirlo", suavizada por la voz de Ramón, que recorre partes suaves junto con los riffs y el buen hacer de Seoane que en la parte instrumental tiene una originalidad como pocas veces he oído. Esas voces infantiles que dan una ambiente casi sobrenatural al tema donde plasman las ganas de libertad y de salir del agujero como el pájaro negro que vuela alto sin mirar atrás.

   El que fuera single de presentación  y que tantas ganas hiciera de tener en mis manos el trabajo completo fue este "Cárcel de Cristal", que arranca con potencia y hacía que las horas se hicieran días hasta ver que tramaban lo señores Lage y Seoane. Melodías  que en seguida se te quedan grabadas, arropadas por esa voz excepcional; guitarras poderosas; baquetazos disimulados con sintetizadores, hacen de este tema la perfecta presentación para que pidamos más y más.

   Y como cierre final esta "Quédate", balada magistral que hace que la vuelta de Ramón sea aún más aplaudida. Tanto se echaba de menos  esa voz, que nos deleita con sus cambios de tonos y recorridos vocales de arriba a abajo. Un broche de oro sin duda para este disco redondo donde los haya, difícil de superar, donde hay que celebrar que este señor de la canción se rodee de tan buena compañía, al cual mejor y que por mucho tiempo nos acompañe

Carmen Torres