LIPZ “CHANGING THE MELODY” (FRONTIERS RECORDS)

Quien ha dicho que el rock no puede ser divertido? Quien dice que el glam está muerto? Pintarse la cara solo es de payasos? Pues la respuesta es NOOO. Y para eso están aquí LIPZ que han unido sus fuerzas a Frontiers Records para traer algo que echábamos todos de menos en el mundo del rock y metal: un poquito de diversión. Los visionarios hermanos Klintberg, Alexander (voz, guitarra) y Koffe (batería), junto con el guitarrista Conny Svärd y Chris Young al bajo se han puesto sus mejores galas y el mejor maquillaje para traernos este “Changing the Melody” cargado de ritmo y buen rollo.

   La aventura de estos suecos empezó allá por 2011, pero no es hasta 2012 cuando debutan con el sencillo "Ghost Town", antesala del EP “Psycho”. Se hicieron un poco más mayores con “Scaryman” y de la mano del sello italiano por antonomasia llegan con este trabajo de diez canciones. Un disco que no pasará a la historia de la música pero que desde luego te hará pasar un buen rato. Quizá falle un poquito en la producción y su sonido no sea tan bueno como en “Scaryman” pero no pierden la esencia del glam rock contemporáneo. Así que ponte laca en el pelo, enfúndate en látex y vámonos de viaje a lo mejor de antaño.

Empezamos con “I´m going under” que a bote pronto parece que va a ser un “KickStar my Heart” por su inicio pero que baja el ritmo nada más empezar. Un poco de calentamiento no viene mal si después tienes que hacer bastante ejercicio. Lo más destacable son los baquetazos rítmicos de Koffe.

   El tema que da título al disco “Changing the Melody” nos trae una composición fresca. Pegadiza, rítmica, con guitarras poderosas nos deja a un Alexander trabajando la voz con bajadas y subidas constantes, mientras los coros se hacen pegajosos hasta la extenuación.

   Apretamos el acelerador con “Bang Bang”. Impresionante como suena aquí el bajo de  Chris, haciendo que cobre vida las cuatro cuerdas y tenga presencia propia.  Un giro de machacante batería nos lleva al apoteosis final donde coros, voz, instrumentos se hacen todo uno. De los mejores temas sin duda.

    “Stop Talking About nothing” me llamó poderosamente la atención. Es una canción que puede estar perfectamente en un repertorio de bandas como “Take That” o “NKOTB” de los 90, donde las fans arrancaban la ropa a estas bandas de “Boys bands”. Quizá puedan a llegar a ser los BTS suecos del glam.  Desde luego ritmo y ganas no les falta.

  Y siguen enganchando al que  lo escucha con “Bye Bye Beautiful”. Esa voz suave que mete Alexander a mitad de la canción será muy agradecida por las féminas que lo escuchen, pero sin duda lo mejor es el trabajo de guitarras que se hacen fuertes en este tema. Volvemos a la orgía final que es habitual en este grupo. De las mejores sin dudas.

 

   Un ritmo más sucio nos llega en “I´m Alive”, recordándonos a los primigenios Motley Crue. Un tema que emociona y lo convierte en el himno del disco, además de ser de las canciones más completas. Gran trabajo de Alexander y Conny que funden sus guitarras en una sola para deleite de los oídos.

   “Freak” es la balada que han elegido los suecos para hacer un descanso entre tanto ritmo de batería y guitarras. Una bonita composición con intro de cuerdas suaves. Letras muy bien trabajadas que hacen que la parte vocal tenga más importancia que en ninguna parte del este trabajo. El solo de guitarra rompe la esencia para volver a caer en coros angelicales que te llevarán al nirvana de la laca y el cardado.

 

   Una vez Koffe nos despierta con sus baquetas en “Secret Lover”. Un tema al que estoy segura el grupo sueco ha querido hacer un homenaje a Roxette. Tanto la voz de Alexander como los coros, ritmo y estribillo nos recuerda al malogrado grupo que tanto admiré hace años. Y no me digáis que vosotros no os ha gustado alguna canción porque es mentira.

   Un solitario piano es el encargado de introducirnos en “I would die for you”. Otra balada en la que el vocalista se luce. Quizá el tema mejor producido, con mucha exquisitez y un cambio magistral que va creciendo conforme se desarrolla el tema.

 

  El colofón final lo trae “Monster” que despide este disco con ritmo y ganas. Desde luego Frontiers nos ha traído un sonido al que no estábamos acostumbrados bajo este sello y se gradece un montón. Ahora hay que ver como lo defienden en directo, porque su look y sus ganas ya son un acierto.

 

   

Carmen Torres